El desarrollo de la conciencia social implica conocer la
dinámica de las relaciones sociales entre los individuos, los grupos y las
comunidades. Un individuo con conciencia social valora los derechos humanos y
reconoce la importancia de una interacción social armoniosa para el progreso de
los seres humanos. La conciencia social abarca un amplio espectro, comenzando
con el desarrollo de habilidades sociales en la infancia y abarcando el nivel
de conciencia social que conduce al activismo social y a la transformación de
la sociedad. Aquí, se presentan algunas estrategias para desarrollar una
conciencia social.
hace referencia a la
capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones sociales de
percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención, de
reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación de
las mismas. La idea de conciencia social está hoy altamente extendido por el
importante aumento de grupos poblacional en inferioridad de condiciones
(inferioridad que se representa a nivel económico, ideológico, étnico y sexual)
y por la necesidad cada vez más acuciante de actuar de modo positivo en la
modificación de esas realidades sociales alternativas a la de uno mismo.
Hay muchas maneras en que la conciencia social puede
aparecer en un individuo o grupo social. Mientras que los teóricos sostienen
que lo más aconsejable es asegurar la presencia de la conciencia social desde
que se es niño (de modo que ésta esté siempre presente en la persona, para lo
cual los sistemas informales y formales de educación son esenciales), la
conciencia social también se puede despertar en las personas y ser adquirida
y/o expandida con el paso del tiempo, de acuerdo a las necesidades momentáneas
de cada conjunto social. Así, si bien personas de determinada edad no han sido
educadas en la adquisición de conciencia social respecto a diferentes temas,
campañas publicitarias de diverso cariz pueden servir para que se generen
espacios de reflexión sobre la importancia de la misma en momentos específicos
de la existencia de una comunidad.
La conciencia social supone que el hombre entiende las
necesidades del prójimo y pretende cooperar a través de distintos mecanismos
sociales. La acción social para ayudar puede desarrollarse mediante la donación
económica, las colaboraciones de alimentos o ropa, las actividades de
voluntariado y otro tipo de asistencia. En este sentido, es importante subrayar
que dentro del ámbito de la Psicología, además de ese citado estado de
conciencia social, existen otros tres más. Así, por ejemplo, está la conciencia
individual que viene a definirse como la conciencia que una persona tiene de sí
misma y de cómo el entorno pueda perjudicarla o afectarla. De la misma forma,
está también la conciencia emocional que es aquella que, en base a las
emociones así como al entorno y a la relación con él, establece qué es lo bueno
y qué es lo malo que uno puede hacer y que puede afectar a la comunidad.
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